TOROS
La fuerza de la escultura de Puente Jerez reside en su visión atávica del toro de lidia, el toro altivo, poderoso y desafiante, que brama en la noche de los tiempos. Es el toro que realza y ensalza la labor del hombre que se atreve a citarlo en la soledad luminosa de sol del ruedo ibérico. El toro que sostiene la Fiesta, porque da miedo. Y sin miedo no hay valor. Ni valoración admirativa desde el tendido hacia la obra del torero, que es la que siento yo hacia Puente Jerez, un artista, un poeta de verso libre, enraizado en la más profunda tradición cultural de España: raíces de bronce, miradas de bronce, pitones de bronce y pelo de plata.